Se encuentra lejos y mi afán por buscarlo no cesa y dudo que cese algún día. El espacio está aún por descubrirse, la vida no tiene teoría alguna, ¿por qué existe? ¿por qué estamos aquí y para qué? Las mentes convencionales se cansan en su intento de explicar la verdad, mas los entiendo, ¿quién no se cansaría de buscar algo infinito? Pero la vida es búsqueda, no sabemos su origen pero nos obliga a buscarlo.

Cualquiera se complace con tener una vida apacible, sin taciturnidades ni heridas que tarden en curarse. Creo que yo vivo con una herida que no cicatriza; la de mi propia existencia, es la herida que duele, que molesta, pero que sigue ahí y está conmigo, soy yo mi propia herida, si algo nos hace daño es por nosotros mismos. Pero me gusta mi herida, a veces deja de dolerme y se olvida de mí por un instante, ella también tiene que descansar, vive toda mi vida y yo vivo toda la suya.

A veces me gustaría quedarme en un sueño, vivir de fantasías, crear mi mundo perfecto. Lo perfecto aburre. Me gustan las imperfecciones, yo soy una imperfección, tú eres imperfección, la vida misma es imperfección. Me gusta la vida, pero no la vida que me quieren hacer llevar.

Volar lejos, vivir el momento, encontrar falsas utopías, perseguir tus sueños, escapar de tus frustraciones y encontrar tus sueños e ilusiones hechos realidad. Ilusa… nadie entiende tus intenciones, nadie es capaz de comprenderte cuando hablas de sueños, cuando tus escalofríos se convierten en pasión, en euforia y satisfacción. Cuando puedes hablar y ser escuchada y sobre todo, respondida…

Ay, dulces ilusiones tachadas de amargura social, de convencionalismo, de falsedad, de odio, de rechazo, de asco, de vacío… Nuestras frustraciones nos vuelven locos, todos buscamos escapar a pesar de no encontrar nunca una salida. No consiste en escapar de tí mismo, consiste en comprenderte a tí mismo.

Persona rara soy, pero me gusta reflexionar sobre lo que siento. Creo que necesito otra velada con la brisa marina, la música de las olas del mar y la escelente vista de las estrellas, tan lejanas de nosotros como la felicidad misma…

Sin más dilación me despido a soñar… ya que, los sueños, junto a al subconsciente mismo, es la válvula de escape de la realidad y del sufrimiento. En nuestro sueños podemos volar sin descanso, asi que, la felicidad plena no está aquí, sino allí, pero todo ser humano no puede vivir sin dolor al igual que sin felicidad… Así es la vida.

Inconformismo del alma será…

Dulces sueños…