Básicamente este blog en 2011 tiene que dar un giro. Existe desde hace casi 5 años si no me equivoco y he plasmado muchas cosas.
Pero el hablar de mí no es divertido para nadie. Por lo que creo que acabará desapareciendo y quedando solo algunas entradas que considere interesantes y distribuiré esto por categorías de microrelatos para aquello que yo llamaba «paranoias oníricas».

Mientras tanto espero a Andrómeda, lucho por no cansarme y sigo enamorada de Barcelona.
Básicamente mis propósitos de Año Nuevo son los que siempre he hecho: ir hacia delante dándolo todo sacando las fuerzas que tenga para solventar cualquier situación.

Pero poco a poco voy cambiando y soy consciente. Tengo que abrir muchas puertas y cerrar algunas que ya no necesito. No me hace falta que corra el aire.

2010 para mí no ha sido un buen año. Profesionalmente hice un master que de poco me sirvió. Sin embargo, de todo saco algo positivo y es que fui capaz de escribir un guión de largometraje aún sabiendo de mi ausencia de vocabulario rico y mi forma de escribir automática y excéntrica, casi inexplicable. Aún así formé una historia visual. Con sabor a naranja y esencia de locura.
He encontrado un trabajo donde me siento muy a gusto con gente de la que aprendes mucho y es agradable conocer.

Debo dejar de ser una niña. Y creo que esto me costará unos años más. Pero hay algo que no quiero que se escape y es la forma de vivir de ilusiones, de esperanzas y de sueños de duermevela.
Es mi esencia y por mucho que crezca y pasen los años seguirá ahí. A veces como un incendio irremediable otras como una débil llama que está apunto de apagarse.

Y he apuntado tantas cosas que hacer este año…

La más importante es abrir varias ventanas que me dejen respirar.

Feliz año 2011 a todos, de verdad 🙂